Tick tock goes the clock [Isaac]

El reloj en la pantalla de su celular indicaba que eran un poco más de las ocho de la mañana y el único sonido que podía escucharse en los pasillos desiertos de la escuela eran los golpes intermitentes de los pies de Stiles mientras corría, aunado a la respiración agitada y al ritmo descontrolado de su corazón que parecía palpitar en algún lugar cerca de sus oídos.

Llegaba tarde, debido a que la alarma de su despertador jamás encendió, la noche había sido calurosa y llena de pesadillas, no era capaz de recordar ni un poco, sin embargo la sensación de pánico con que había despertado confirmaba sus sospechas; así que mientras hacía su recorrido a una velocidad alarmante –para un humano –planeaba contar una historia ligeramente más aceptable para el profesor en turno. Utilizar la excusa de haber acudido al trabajo con su padre irremediablemente necesitaba de una llamada que pudiese confirmar la información, descartó la idea de llamar innecesariamente al departamento de policía, podía inventar algo mejor una vez que la presión de la situación lo golpeara.

Dio un último giro a la izquierda y logró visualizar la puerta del aula completamente cerrada; avanzó el tramo faltante hasta quedar frente a ella y golpeó con suavidad. El rostro de la profesora se dejó ver por la pequeña ventanilla de cristal dedicándole una mirada irritada antes de entreabrir la puerta.

-Los retrasos no son tolerados en mi clase; vuelva cuando aprenda cómo funcionan los horarios escolares –La boca de Stiles se abrió y se cerró compulsivamente, pero de cualquier manera, la profesora lo ignoró cerrando la puerta en su rostro y centrándose de regreso en la clase.

-Fueron cinco minutos –musitó a la nada, el sonido de su voz sonaba tan molesto como agotado, entonces miró por encima de su cabeza al reloj de pared que había en el pasillo y comprobó que, aparentemente su celular tenía un retraso en la hora de al menos diez minutos más de los que creía –En estos momentos tener visión de rayos x, sería realmente útil –probablemente Stiles era una de las personas menos entusiastas en el asunto de permanecer sentado por una hora entera observando a un adulto dar catedra de cualquier cosa, pero el tiempo dentro del aula era tiempo de calidad que aprovechaba para pasar con Lydia. Debía irse a algún otro lado, perder una hora de su vida en algo más hasta que la campana sonase de nuevo, pero tenía la esperanza de que la profesora simplemente deshiciera su camino y le permitiera entrar. Mentalmente, decidió darle un par de minutos extra para ver si la testaruda mujer cambiaba de opinión.

Cuando alguien se encuentra en un pasillo vacío, espera poder escuchar murmullos apagados desde dentro de las aulas, quizá incluso un par de gritos emocionados provenientes del otro lado de la escuela, pero estaba seguro como el infierno que no esperaba escuchar una voz fuerte y clara justo a su lado, en especial cuando dos segundos antes él podía jurar que no había nadie. Intentó disimular el pequeño salto involuntario de su cuerpo, aunque el latido de su corazón era lo suficientemente fuerte para que cualquier con oídos –sin necesidad de ser licántropos –pudieran escucharlo -¿Por qué todos ustedes tienen que salir de la nada? –cuestionó en voz alta, aunque parecía más una pregunta retórica –Juro que voy a comprar cascabeles y voy a colgárselos del cuello a todos –murmuró por lo bajo. Incluso se permitió fantasear con pequeñas cajas de regalos y tarjetas anónimas con un mensaje claro “Salva una vida, usa un cascabel”, porque realmente, un día le provocarían un infarto a alguien y si sus cálculos no estaban equivocados, ese alguien sería él.

Entonces, dejando de lado su propio y egoísta miedo, le dirigió una mirada real al dueño de la voz -¿Por qué llegaste tarde? –Si iba a estar condenado a la vida sin ver a Lydia por la siguiente hora, bien podía aprovecharla para hacer un poco de investigación -¿Sucedió algo… nuevo? –Mantuvo la curiosidad a raya, no quería parecer demasiado ansioso – ¿o fue a causa de…? -se tocó el estómago a la altura de donde había estado la herida de Isaac, arrastrado suavemente la mano sobre la tela de su camisa –ya sabes –no creía necesario decir a que se refería en voz alta, y de cierta forma era su manera de preguntarle indirectamente si se encontraba bien. Aunque no le gustase, Isaac y el resto eran una presencia constante en su vida, como una familia política y como familia, le preocupaba, no obstante no lo dijo en voz alta.

-Nadie dijo que sería fácil, pero alguien tiene que hacerlo… por el bien común –desde luego, si se le acercaba a Derek con la intención de poner tocarlo siquiera para poner algo alrededor de su cuello, las cosas terminarían de dos formas posibles. La primera, el licántropo cumpliría su amenaza y por fin le arrancaría la garganta con los dientes y, la segunda que era el mejor caso; simplemente lo arrojaría al otro lado de la habitación y Stiles saldría con un par de huesos rotos, pero básicamente vivo.

Boyd no era su amigo y de hecho se sentía más identificado con un cactus que con él, pero Erica le preocupaba un poco más, la rubia y él tenían una conexión o al menos pudieron tenerla si alguno de los dos hubiera cedido. Stiles había escuchado que muchas veces el cerebro se protegía bloqueando los malos recuerdos para que el acceso fuera completamente imposible. Sin embargo, por lo que sabía, eso no tenía absolutamente nada que ver con el cerebro de Isaac siendo cuidadoso, solo entendía que probablemente era el mismo concepto. Algo terrible había sucedido. También entendía el peso que se encontraba sobre los hombros de Isaac, Derek debía estar volviéndolo loco –Quizá… quizá no recordar sea lo mejor –expuso en voz alta, ni él mismo lo creía pero estaba intentando de alguna forma hacerlo sentir mejor.

Asintió deduciendo que Isaac estaba bien, o al menos lo suficiente para asistir de nuevo a la escuela como si absolutamente nada hubiera pasado en los últimos días, o en el verano entero -¿Peter? –preguntó retóricamente mientras empujaba su cuerpo un par de centímetros atrás, el hombre le daba escalofríos, era aterrorizante de una manera extraña. Literalmente era el tío raro que dice cosas escabrosas y hace otras peores -¿Su idea incluye resucitar a alguien más? –preguntó con sarcasmo, aunque conociéndolo era probable.




Ooc: Perfecto xD. Y, me disculpo también, mi semana fue... simplemente horrible y no tuve tiempo de nada hasta ahora .-.